Nos tocaba madrugar para coger un ferry que nos llevase a Port Baikal. A pesar de haber dormido poco y mal, el ver lo bonito y soleado que se presentaba el dia nos animó mucho.
Allí cogeríamos el Circumbaikal, un tren que bordea el suroeste del lago siguiendo la antigua ruta del transiberiano. Al final del recorrido enlazaríamos con el tren a Ulan Bator, y por tanto nos ir con el equipaje a cuestas cual caracolcillos.
Nos subimos pues a nuestro vagón, mirando las pantallas del tren con esperanza de oir alguna palabra en inglés, o al menos unos subtitulos, pero no fue así: durante las 7 horas de recorrido, videos y videos sobre el Baikal, y la gran obra de construcción de las vias del circumbaikal solo en ruso...Menos mal q justo en el asiento de enfrente viajaba una rara especie de ruso: el amable y con conocimientos de inglés! La verdad es q fue de lo más amable, nos iba resumiendo más o menos lo que iban diciendo en la megafonía del tren sobre las paradas y las duraciones, además de contarnos algunas curiosidades sobre el Circumbaikal.
Nos sorprendió mucho que los rusos se toman la excursión en Circumbaikal como un dia de picnic: nada más subir al tren, a golpe de las 11 de la mañana empezaron a sacar comida y comida ( y vodka, claro), menudo despliegue, no teniamos muy claro si eso era un desayuno o una comida, pero tras 7 horas concluimos q era un continuo... Las señoras de al lado se bajaron 1L de vodka entre 4, y no veais como llegaron al final del recorrido.. en lugar de ir en el Circumbaikal debían de tener la sensación de estar en el Dragon Khan.
Lo cierto es que el recorrido fue de los más bonito e interesante, con muchas paradas y curiosidades por el camino.
Y comiendo con unas vistas incomparables
Una vez que llegamos a Slyudyanka, donde termina la linea del Circumbaikal, nos tocaría esperar unas cuantas horas hasta que llegase el tren rumbo Mongolia, en donde pasaríamos las siguientes dos noches.
Tras cierta inquietud por ser incapaces de averiguar la via por la que pasaría el tren, todo fue bien, y a la 1 de la mañana estabamos metidos en camita.
Suerte que los vagones eran mejor de lo que esperábamos, y la compañía más bien fantasma (una señora mongola que durmió 20 de las 30 horas q duró el trayecto) y pudimos llegar sanos y salvos, al fin, al segundo país de nuestra ruta: MONGOLIA, no sin antes pasar 9 maravillosas horas parados en la frontera, entre pasaportes, hojas de inmigración, aduanas y registros de vagón.. por suerte no hubo ningún percance y a las 06:20 am hora mongola llegamos a Ulan Bator.
Tras cierta inquietud por ser incapaces de averiguar la via por la que pasaría el tren, todo fue bien, y a la 1 de la mañana estabamos metidos en camita.
Suerte que los vagones eran mejor de lo que esperábamos, y la compañía más bien fantasma (una señora mongola que durmió 20 de las 30 horas q duró el trayecto) y pudimos llegar sanos y salvos, al fin, al segundo país de nuestra ruta: MONGOLIA, no sin antes pasar 9 maravillosas horas parados en la frontera, entre pasaportes, hojas de inmigración, aduanas y registros de vagón.. por suerte no hubo ningún percance y a las 06:20 am hora mongola llegamos a Ulan Bator.
Dios....con la espera en la frontera.....
ResponderEliminarEso si....me quedo con la señora durmiente ....jajaja...20 horas¿?¿ madre miaa!!!
Besos!!!