Nos levantamos tempranito para recoger todo y dejar las mochilas en el hostal hasta la hora del tren. Decidimos pasar nuestro último día en el Palacio de Verano, aunque después de la Ciudad Prohibida no teníamos mucha fe de que no nos decepcionase un poco.
Por suerte no fue así, el palacio es realmente bonito, tanto por su entorno (está en una montañita alrededor de un inmenso lago) como por las construcciones (" que nada tiene que ver con la sobriedad de la Ciudad Prohibida", citando textualmente la guía).
Tiene de todo, desde una calle imitando al pueblo de Sozhou ( conocido como la Venecia de Oriente)...
... chinos bailando...
... con impresionantes vistas al lago...
...exóticos ferrys..
y como no, templooos:
Tiene de todo, desde una calle imitando al pueblo de Sozhou ( conocido como la Venecia de Oriente)...
... chinos bailando...
....bonitas pagodas...
... con impresionantes vistas al lago...
...exóticos ferrys..
y como no, templooos:
Lo que nos quedó de tarde lo gastamos paseando por algunas de las calles más céntricas de Beijing a modo de despedida, aunque estábamos ya bastante cansados, y yo medio resfriada, asi q volvimos al hostal y decidimos ir temprano a la estación de tren por si acaso. Y bien que hicimos pq la verdad es que el viaje nos llevó más tiempo de lo esperado.
La estación Sur de Beijing la verdad es q es impresionante, la construyeron para los juegos Olímpicos del 2008.
La estación Sur de Beijing la verdad es q es impresionante, la construyeron para los juegos Olímpicos del 2008.
El tren bastante bien, aunq mi resfriado y los paseillos de nuestros compañeros de compartimento y las interrupciones constantes de la azafata no me dejaron dormir mucho.
Llegamos a Shanghai a las 7:30 am y llovía. Sin embargo, la lluvia no era lo peor, al bajar del tren nos recibió una gran ola de calor y humedad de lo mas insoportable. Cogimos un metro abarrotado de gente (de esos que piensas: "es imposible que suba nadie más, no cabemos" y suben...). El camino con la mochila hasta el hostal se nos hizo horroroso, pq aun siendo las 8 de la mañana, cuando salía el sol el calor era insoportable.. La ducha en el albergue fue un gran alivio, aunque sus efectos desaparecieron tan pronto volvimos a salir a la calle.
Nos dirijimos, ya sin mochilas pero con el mismo sofoco ( la temperatura mínima en shanghai esos dias es de 27º y con tormentas y una humedad del 70-75%, asi que ya os podeis imaginar) a explorar un poco la ciudad.
Se situan a la orilla del rio Huangpu, y justo en frente se encuentra el Pudong: un conjunto de rascacielos y edificios modernos que representa el resurgir de esta ciudad. Las vistas son realmente impresionantes. Cruzamos el rio por un tuner turísitico lleno de luces un tanto freak para observar estos edificios, especialemente la Torre de la Perla, que es una antena de TV con bolas rosas...
De vuelta al otro lado del rio, decidimos recorrer todo el Bund para ver los edificios, pero pronto comenzó una tormenta que nos hizo refugiarnos a comer ( o más bien, a no comer) en un sitio de lo mas cutre...
Después de este largo paseo volvimos al hostal, justo a tiempo para que nos nos pillase la gran tormenta que comenzó solo unos minutos mas tarde y que continuo hasta la noche.
Después de cenar una ensaladita en el mismo hostal, el cansancio nos hizo dormirnos enseguida.
Hoy pasaremos el dia en Suzhou, una ciudad a una hora de Shanghai a la que denominan La Venecia del Este, porque al parecer Marco Polo cuando la visitó quedó enamorado de ella. A ver si el tiempo acompaña!
petons per tots!
Que guay, xa hai fotos!. Así mellora un mogollón e vemos o que vos vistes,... e comestes!
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